En una ceremonia cargada de tradición y mensajes de esperanza, la llama olímpica para los Juegos de París 2024 fue encendida este martes en el histórico sitio arqueológico de Olimpia, Grecia. El evento, que se llevó a cabo frente a las ruinas del templo de Hera, marca el inicio del relevo de la antorcha que simbolizará la paz y la unidad en un contexto internacional tenso.
Stefanos Duskos y Laure Manaudou, los primeros portadores.
La ceremonia comenzó cuando la actriz griega Mary Mina, en su papel de Gran Sacerdotisa de Olimpia, encendió la antorcha olímpica invocando al dios Apolo. Rodeada de sacerdotisas y vírgenes vestales, y después de una evocadora danza coreografiada por Artemis Ignatiu, Mina entregó la llama al griego Stéfanos Duskos, primer portador. Duskos, medallista de oro en remo en los Juegos de Tokio 2020, simbolizó la continuidad entre los juegos antiguos y modernos al llevar la antorcha hasta el monumento a Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos modernos.
La antorcha fue posteriormente entregada a Laure Manaudou, nadadora francesa y ganadora de tres medallas olímpicas, quien representará a Francia en su camino hacia la capital francesa. Este traspaso de la antorcha no solo simboliza el enlace entre las culturas griega y francesa sino también el compromiso con los ideales olímpicos de competencia y fraternidad.
Durante la ceremonia, se izaron las banderas olímpica, francesa y griega, y se pronunciaron discursos que resaltaron la importancia de los Juegos como símbolo de paz. Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), y Spyros Kapralos, presidente del Comité Olímpico Griego, enfatizaron el objetivo de difundir la visión de paz y el respeto entre las naciones, especialmente en tiempos de conflictos y guerras.
Ceremonia en Olimpia da inicio a un simbólico viaje de paz.
El recorrido de la llama olímpica por Grecia durará diez días, concluyendo el 26 de abril en el estadio Panatinaico de Atenas, sede de los primeros Juegos contemporáneos en 1896. Al día siguiente, la antorcha partirá hacia Marsella, Francia, a bordo del histórico velero de tres mástiles ‘Belem’, desde el puerto de El Pireo. Este viaje no solo reafirma el vínculo entre los orígenes de los Juegos y su celebración moderna, sino que también simboliza el camino que cada atleta recorre en su lucha por alcanzar la excelencia olímpica.
A medida que la llama olímpica viaja hacia París, simboliza una luz de esperanza y unidad para el mundo, recordando a todos los países la importancia de la tregua olímpica, un tiempo en el que las hostilidades se suspenden y todos los ojos se vuelven hacia la celebración del espíritu humano a través del deporte.
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