El mundo entero fue testigo de un cierre olímpico sin precedentes, cuando los Juegos Olímpicos de París 2024 llegaron a su fin en una ceremonia que, más que despedida, se sintió como un preludio de lo que vendrá en Los Ángeles en 2028. Este evento, realizado en el imponente Stade de France, no solo puso punto final a unas Olimpiadas inolvidables, sino que también marcó el inicio de una nueva era olímpica, llena de promesas y expectativas.
Espectacular adiós e inicio del camino hacia LA28.
El Stade de France fue el escenario perfecto para un final tan épico como el comienzo. La ceremonia de clausura comenzó con una figura que ya ha dejado su huella en la historia del deporte: Leon Marchand. El joven nadador francés, quien conquistó nada menos que cuatro medallas de oro en estos Juegos, tuvo el honor de inaugurar la ceremonia bajo el pebetero olímpico, encendiendo la llama por última vez en París antes de que esta fuera oficialmente entregada a Los Ángeles.
La ceremonia continuó con el desfile de más de 9,000 atletas de todo el mundo, quienes cruzaron el estadio entre vítores y aplausos, celebrando el final de una competencia en la que dieron lo mejor de sí mismos. Este desfile fue un momento emotivo, donde se pudo ver la diversidad y la unidad que caracterizan a los Juegos Olímpicos, recordándonos que, aunque los Juegos son una competencia, también son una celebración de la humanidad y de lo que podemos lograr juntos.
La ceremonia contó con actuaciones en vivo y remotas desde Los Ángeles, un guiño al carácter global de los Juegos y al espíritu de cooperación que los define. Phoenix, a banda francesa de indie rock creada en 1995 abrió la ceremonia de clausura y tuvo varios invitados: Air, Angel, y Ezra Koenig de Vampire Weekend.
Uno de los momentos más memorables de la noche fue sin duda la aparición de Tom Cruise. El icónico actor de Hollywood, conocido por su papel en la franquicia «Misión Imposible», realizó una entrada espectacular desde el techo del Stade de France, descolgándose en medio del estadio para recibir la bandera olímpica. Esta bandera fue llevada a Los Ángeles, marcando simbólicamente la transición de París 2024 a LA28.
La banda sonora de este nuevo viaje simbólico desde París a Los Ángeles estuvo a cargo de los Red Hot Chili Peppers, quienes acompañaron el recorrido de Tom Cruise y la bandera olímpica hasta su destino final en Venice Beach, donde la banda ofreció una presentación en vivo sobre un escenario montado en la misma playa. Este momento, cargado de energía y simbolismo, fue un homenaje a la ciudad de Los Ángeles, conocida por su cultura vibrante y su amor por la música y el entretenimiento.
El cierre de la ceremonia estuvo a cargo del dúo dinámico de Billie Eilish y Finneas, quienes interpretaron su éxito «Birds of a Feather». La elección de este tema no fue casual, ya que su letra resuena con el espíritu de unidad y colaboración que los Juegos Olímpicos buscan fomentar. Los hermanos Eilish, vestidos en elegantes atuendos diseñados por Ralph Lauren, ofrecieron una actuación que fue tanto emotiva como poderosa.
Unos Juegos Olímpicos que quedarán para la historia.
Desde el primer momento, los Juegos Olímpicos de París 2024 se destacaron por su innovación y compromiso con los ideales de inclusión, sostenibilidad y juventud. Durante las semanas que siguieron, París fue testigo de hazañas deportivas que quedarán para la posteridad. Atletas de todo el mundo se reunieron para competir al más alto nivel, en unos Juegos que por primera vez en la historia lograron una paridad de género completa.
Con la misma fuerza que las competiciones deportivas, el compromiso de París 2024 con la sostenibilidad también se hizo evidente, cumpliendo con las reformas establecidas en la Agenda Olímpica. Estos Juegos no solo fueron un escaparate del deporte, sino también un modelo a seguir para futuros eventos globales.
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